Seguidores

jueves, 27 de diciembre de 2012

Contigo pero sin mí

Ni soy tan frágil por fuera ni tan fuerte por dentro. No me entiende mi alrededor ni me entiendo yo misma.
Sólo mi sonrisa me conoce y sabe de que hablo, es la única capaz de hablar de mí, porque yo no tengo ni idea, pero a ella le encanta lo que ve.
 Mi propio y jodido cicatrizante. Hace mucho que no hay heridas cielo, sólo de ti espero, que tarden en volver.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Te dejaré ser feliz

cuando tu sombra siga a las huellas de mis pies, y las yemas de tus dedos a mis caderas. Cuando hagan falta más de 15,5 kilómetros para que mi piel se ponga de gallina, se me tensen los músculos, el corazón intente llevar más oxígeno a todas las partes de mi cuerpo y sonría por la más absurda razón. Cuando no haga falta una caricia para recordarle el resto del día. Cuando yo sólo aparezca en uno de cada diez de sus sueños. Cuando mi única preocupación sea perderme demasiado tiempo alrededor de su cuello. Cuando mis ojeras no sean sinónimo de felicidad y mis ojos no brillen igual. Cuando no me despierte en la madrugada, agitada y somnolienta y sonría porque sé que a 15 kilómetros hay alguien pensando en mí.
Cuando mi almohada olvide todas las confesiones y lágrimas que he dejado sin querer, cuando las noches sean largas y no estén para dormir. Cuando las palabras dejen de tener sentido y el tiempo descubra la insensatez del motivo por el que los lobos aúllan a la luna, y le piden que se quede un rato más hasta que salga el sol, sólo un rato más. 
El lobo es lobo, la luna es luna, uno de los dos sigue su propia órbita.
Qué lobo tan masoquista.
Qué luna tan estúpida. 

jueves, 13 de diciembre de 2012

siempre a tu lado, sin estar contigo

Todo esto es por mi piel, y en mayor parte, por la tuya.
No sé el significado de odio, y no quiero saberlo.
Sólo quiero que eches las cartas sobre la mesa, y te des cuenta de que yo tengo poker y gano a tu pareja.
No quiero que me resucites, ni tú, ni tus labios, ni tu estúpida manera de querer. No quiero levantarme sonriendo porque sé que voy a olerte una vez más. No quiero imaginarte justo detrás de mi, dibujando en mi espalda y compartiendo tu calor hasta despertarme.
No quiero verte en cada esquina, en cada espejo, junto a mí, allí, de pie. Tan distante pero tan cercano, tan igual pero tan distinto y tan cerca pero tan lejos.
No quiero recordar la sonrisa más pura y sincera que he visto nunca, porque no quiero recordar que salió de tus labios, porque no quiero recordar que existen.
Hazme un favor, uno pequeñito.

Ódiame, como te odio yo a ti.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Los lloros al papel, pequeña


Si quieres me desnudo ante el mundo y ante ti, si quieres te enseño todas mis cicatrices y el porqué de su existencia, si quieres te dejo recorrer mi espalda con besos, si quieres te dejo acariciar mis curvas, si quieres le pongo nombre y apellido a cada herida y cuento el tiempo que ha tardado en cerrarse. Eso sí, luego no te arrepientas de haberme conocido.
Si quieres te explico, por qué no soy ni tan guapa como creías ni tan madura como pensabas. Por qué he cometido más errores de los que he arreglado, he decepcionado más de lo que he alegrado, y no he aportado un mínimo de felicidad a la gente que me rodea.
Si quieres puedo gritar, que un día me he levantado, la niebla ha desaparecido, se me han aclarado las cosas y tres simples pensamientos han inundado mi mente.
Que sólo sé hacer las cosas mal, que no sirvo para nada, y que lo siento mucho, por todo.