Seguidores

miércoles, 29 de agosto de 2012

¿acaso quedan trozos que unir?

Vacía. Sí, eso. No se me ocurría una expresión pero creo que esta es la más acertada.
Cuando nada te sale bien, cuando sientes que se te cae el mundo encima, cuando no sale el sol, cuando no oyes tu canción preferida, cuando no te llama tu mejor amiga, cuando te gritan en casa, cuando notas que se hace de noche demasiado deprisa, cuando no tienes apetito para absolutamente nada.
Puede que sean pequeñas cosas, pero son suficientes como para derrumbar mi mundo aunque sólo sea un día.
Y no es que no tenga problemas, como todos los demás tenemos, es que no les encuentro solución y se quedan ahí, se van acumulando hasta que llega un día como hoy, en el que me levanto y presiento que no va a ser bueno.
Después de pasar la noche llorando sin darme cuenta, con los ojos rojos e hinchados, me miro al espejo y no sé reconocerme. Y es que mírame. Ya no soy la chica que reía todos los días, la chica que le daba todo igual, porque si no encontraba soluciones era porque no las necesitaba.
Y es que hay más problemas en mi cabeza que otra cosa, y es que mis problemas persisten cuando hago algo mal. Y es que mi cabeza siempre está llena.