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miércoles, 20 de junio de 2012

No te fíes de nadie, nunca

Nunca dejaré de aprender, siempre caeré y me levantaré, sobre todo la parte de caer.
Nunca dejaré de aprender,  que las personas en las que crees confiar, las personas por las que darías parte de ti, sí, esas personas siempre acabarán fallándote.
Aunque parezca increíble, aunque jures y perjures que son diferentes, no te engañes, no lo son, acabarán por ignorar tu existencia o clavártela por la espalda. Inesperadamente, un golpe rápido y seco, por supuesto, no lo ves venir ni de lejos.
Entonces reflexionas sobre todos los momentos confusos, todas las noches confundidas sin saber realmente por qué y ahora te das cuenta de todo.
Siempre has sido la oveja y ellos el lobo, siempre han tenido todos tus movimientos controlados, siempre has sido una pieza fácil, muy fácil de manejar.
Y lo peor, es que jamás de habrías dado cuenta si no fuera por esos pequeños detalles que hacen que su subconsciente les traicione, dejando ver como realmente son, y adviertiendo a todas las ovejas de su alrededor, para que se alejen huyendo, porque el lobo no es bueno, porque el lobo nunca lo ha sido. Porque el lobo, siempre ha pretendido comernos.

domingo, 3 de junio de 2012

Aquí llega mi punto y aparte


Sus perfectas y trabajadas manos me acariciaban suavemente la espalda. Normalmente esto me haría ronronear de placer, mil escalofríos me recorrerían de punta a punta. Pero hoy es diferente, siempre he estado escuchando mil halagos y palabras hermosas brotar de su boca, sin esfuerzo alguno, dejando escapar cada milímetro de lo que hay dentro de él; nunca he sabido compensarle, cada frase con la que he intentado expresarme ha sido torpe y demasiado débil. Poco a poco me he ido sintiendo cada vez más insignificante y cada mañana mi conciencia repetía, ni aunque vivieras cien vidas llegarías a merecértelo, y lo peor de todo, es que estoy convencida de que es verdad. Hoy, por fin me he dejado convencer a mí misma.
Siento mucho todas las molestias que le he causado, y no tengo ni idea de como contrarrestar cada fallo mío. Si me voy yo, no le quedará nada, pero me niego a seguir siendo la mitad de la mitad de lo que él se merece. 
Creo que es el movimiento más egoísta que haré en la vida, pero también, el más acertado.
Así que le aparto las manos de mi piel, y dejo que salgan las lágrimas, lamentando cada segundo que ha desperdiciado. Ahora sé que le muestro todo lo que llevo dentro perfectamente, creo que siempre he sabido que este momento llegaría, aunque nunca haya querido aceptarlo. 
Y aunque luego me sienta estúpida, sé que recordaré cada segundo en que sus dedos han recorrido mi espalda y luego me arrepentiré profundamente de haberlo hecho.